jueves, 27 de agosto de 2015

Proyecto Daniel


No pretendo ser experto en el tema, sino más bien, un apasionado del tema. Me encanta la tecnología y todo lo que ocurre a su alrededor. Soy Físico de formación y escritor de corazón (espero). Mi más grande anhelo es compartir con ustedes esta gran pasión que poseo por el tema tecnológico y, en particular, por la impresión 3D.

En esta ocasión quisiera hablarles de un proyecto altruista llamado “Project Daniel” o proyecto Daniel, el cuál fue liderado por Mick Ebeling (productor, emprendedor, filántropo, orador en Technology, Entertainment, Design, CEO de The Ebeling Group, etc., ) y auspiciado por la campaña “Can and Will” de Range Rover, durante Octubre de 2013. Es una historia conmovedora en la que Mick viaja al sur de Sudán a un campo de refugiados y se va cargado, únicamente con sus impresoras 3D, laptops y cajas de alambre de plástico, para crear brazos prostéticos para los refugiados mismos. Esa guerra dejó más de 50,000 personas con amputaciones (muchos de ellos, niños).

La fuente de inspiración principal de Mick fue un artículo en la revista Time que hablaba del Dr. Tom Catena. Este doctor hacía de todo, desde suturar heridas hasta ayudar a dar a luz a mujeres embarazadas. Acerca del Dr. Tom, la revista Time escribió lo siguiente "Alone and forgotten, one American doctor saves lives in Sudan’s Nuba Mountains" o “Solo y olvidado, un doctor estadounidense salva vidas en las montañas de Nuba en Sudán”. Ese artículo lo leyó durante una noche sentado enfrente de la mesa de su cocina. Otra fuente de inspiración importante fueron sus hijos, en particular una fotografía de ellos que se podía observar al final del pasillo desde la silla de su cocina -en dicha fotografía se les puede ver contentos y sonrientes- además de la historia de Daniel, de la cual les hablaré un poco, más adelante. En ese momento se le vino a la mente la idea de ayudar a aquellos niños y adultos que había visto en los noticieros con sus brazos amputados y sus rostros tristes. Ayudarlos a vivir una vida digna, aumentándoles su calidad de vida. Ayudarlos a que pudieran tener la misma sonrisa que había visto en sus hijos aquel día. Ayudarlos a salir de su depresión y darles una fuente de esperanza.

Durante el comienzo y a lo largo de todo el proyecto, se pueden ver todas las adversidades a las cuales se enfrentó el buen Mick: tomas eléctricas escasas y en mal estado, condiciones climáticas extremas, etc. Asimismo, antes de ir a Sudán, Ebeling conoció a Richard van As, fundador de la empresa Robohand, para que le enseñara como imprimir y ensamblar un brazo prostético y ponerlo al tanto de los pros y contras de echar a andar una impresora 3D en condiciones extremas.

El proyecto Daniel, como su nombre lo indica, se centró en la creación de las dos prótesis para ambas manos que había perdido durante un bombardeo, el buen de Daniel. Él perdió los dos brazos al ocultarse detrás de un árbol, para ocultar su cuerpo de una bomba que caía justo en ese momento frente a él. De esa forma protegió su cuerpo, más no así sus brazos. Daniel, en ese momento, contaba con 14 años de edad y les escribo aquí, para la reflexión, uno de los comentarios que reflejan la gran depresión que aquel momento tenía: “Sin manos no puedo hacer nada... si pudiera morir, lo haría”. Lo anterior lo menciona debido a las condiciones de precariedad en las que la gente vive en dicha región, ya que, sin brazos y en dichas condiciones, no podría valerse por sí mismo. En el video que hace Mick y sus colaboradores, se aprecia a Daniel comer por primera vez, después de dos años, sin ayuda de otra persona y utilizando únicamente la prótesis creada con una impresora 3D (se le asoma una sonrisa parecida a la que veía Mick en la fotografía de la sala de estar de sus hijos). Mick termina su video diciendo “nunca se trata de una sola persona” y tiene toda la razón. Su proyecto incluía instruir a los habitantes de dicha localidad para diseñar, imprimir y armar los brazos prostéticos para la gente que los necesitara, llegando a imprimir un brazo por semana desde que Mick se fué de ahí.

Lo que quiero destacar es el potencial que a todas luces posee la impresión en 3D. Este es un proyecto altruista en el que una persona que ni siquiera es experta en el tema de la impresión en 3D y que tampoco tenía mucho apoyo moral desde el principio, se arriesga a ir a un lugar completamente alejado de la civilización, sólo con la intención de mejorar la calidad de vida de una comunidad al sur de Sudán, en África. Como diría el Nick “Who is your one that can help many people? Who's your Daniel?” O ¿Quién es tu “elegido”, aquel que puede ayudar a muchas personas?¿Quién es tu Daniel?

Por último, les dejo unos enlaces en donde pueden encontrar más información. Perdón que la información esté en inglés. La razón de poner enlaces en inglés es simple “existe mucha más información en dicho idioma”. Gracias por su comprensión. Si encuentro información en español, se las haré llegar.



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