La melodía del viento lejano...
El atardecer de tus labios...
Las tristes agonías de tu vida...
El placer inmenso de antaño...
Tus lánguidas alegrías
Tus pésimas sincronías.
La escasez de tus ideas
Tus brazos cual azaleas.
Los pocos acuerdos desde la vez primera
La cruda fuerza de mi ceguera.
Las ganas cortas de tu desdén
Los miedos rotos de mi sostén.
Los daños muchos por tu censura
Los pasos fatuos de mi premura.
EL crudo infierno de tus palabras
El mar eterno de tus falacias.
La inmóvil tierra de tu prontitud
El brillo etéreo de tu juventud.
La brisa clara de tu palpar
El fuego endeble de tu maldad.
La clara marca de tu altivez
Los sobrios ojos de tu sensatez.
La plácida nube de tus argumentos
La débil marca de tu temperamento.
El frágil odio de tus locuras
La llana manta de tus desventuras.
Las mieles y roces de aquellas noches
Tus fibras quietas y mis/tus reproches.
Las caricias sin pena, tu voz sonriente
Las pesquisas plenas, tus manos ardientes.
El olor pudiente, tus besos candorosos
El placer extenuante, nuestros cuerpo sudorosos.
Las flamantes noches, los paseos interminables
Los inolvidables roces, los días inagotables.
Las risas sin temor, los gritos sin pudor.
Los ratos sin clamor, las lágrimas de candor.
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