miércoles, 30 de septiembre de 2015

Hoy me encontré con una pequeña sorpresa: la persona que había estado, durante varios días, tirado en el suelo, por alcohólico, amaneció muerto. Y digo que para mi fue una sorpresa porque fue apenas un par de días que el albañil, que trabaja con nosotros, hablaba con él.

Ese señor me parecía una buena persona, sólo que había tenido una suerte de los mil demonios. La verdad uno no sabe cómo ni cuándo nos iremos de este mundo. Me quedé pensando en las razones o motivos que lo llevaron a esa situación tan desastrosa, situación por la cual se encontró con la muerte y, la mera verdad -como dice el albañil-, yo no creo que el mismo lo supiera ya que, al parecer, tenía alucinaciones, según dice el albañil. Es doloroso ver como un ser humano se desprende de lo más preciado que se nos ha regalado, que es la salud y la vida misma. Imagino que llega un punto en el que prefieres estar ahogado en alcohol que aceptar la realidad. Esas cosas no me las puedo explicar; para mi es muy difícil entenderlas. Como sea.
También el día de ayer me enteré de la noticia del posible suicidio de la pareja de Jim Carrey: otro desagradable suceso. Me vino a la mente unas cuantas preguntas ¿qué podemos hacer nosotros?, ¿podemos hacer algo? y ¿nos estamos volviendo una sociedad insensible al sufrimiento ajeno? No lo sé. No tengo la respuesta a esas preguntas, pero lo que sí puedo decir es que no debemos de ser ajenos al sufrimiento ajeno ya que, como dice la canción "sólo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente", asimismo, debemos de no ser indiferentes a los problemas ajenos.

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