Yo
dentro de un tubo sobrio de capital amargoso con atribuciones
cosmológicas, me siento abstraido por la interminable penumbra que
aqueja mi exhorbitante soledad. Se puede decir que estoy vivo, aunque
nunca lo he experimentado. Hablo para mi y hablo para ti, cuando estás
dormitando y cuando estás en sollozos... apartada, quieta, abstraida,
lejana, abstraida, embebida, cegada, triste, asustada.
Hablo
y me muevo a mi manera, sonriente sin trabas y sonriente sin pena.
Quiero atender a tus gritos callados y a tus luchas internas de dolor y
de odio. Quiero ser tu luz, tu guía, tu porvenir, tu alegría y tu
portento, pero no me escuchas, no me entiendes, no me tienes. Solo sé
que tienes dolor en tu pecho, agonía en tu alma y remordimiento en tu
conciencia. El amor que alguna vez mostraste, ahora está apagado y
ensombrecido por la angustia asequible de la posesión de tu carga. Esa
carga que es tanto tuya como mía. Tu dolor lo huelo, lo trago, lo vivo y
lo muero. Tu dolor me angustia y tu dolor me enturbia. Dentro de este
espacio puedo oir y escucharlo todo a través de ti, puedo ver fuera de
aquí gracias al vínculo simbiótico que tenemos, gracias al víncunlo tan
hermoso que nos poseé. Sin duda alguna es extraño, enigmático, pero al
mismo tiempo extraordinario e increíble, ese, nuestro vínculo.
... escucho ruidos sonoros, estruendosos y débiles, crecientes y atenuantes, parsimoniosos y quietos, continuos y
estridnetes. No los entiendo, pero los percibo que tu sí. algunos me dan
alegría, otros me causan pavor, otros me llenan de dolor, mas otros de
amor. A veces tus cantos me arrullan, pero a veces son llantos que
nublan.
Los
días pasados noté que había crecido un poco mi ente; sentime cada vez
más vivo, cada vez más grande. Soñé incluso cuando dormía, soñé incluso
cuando reías. Esos son los momentos más felices de mi tiempo, aquellos
en los que tu estás contenta, aquellos en los que tu sonríes. Te quiero
mucho. No me dejes. He escuchado que tienes la intención de dejarme. He
escuchado que tienes la intención de alejarte de mí, de deshacerte de
mí, de inocularte de mí. ¿Sabes?, el tiempo apremia y la felicidad
florece, en todo aquel que del mal tiempo consigue tener buena temple.
No se que puedas decir y no sé qué puedas decidir más adelante con tus
acciones, pero una cosa es clara: yo soy un poco de ti y tu eres parte
de mi mundo... es más, eres mi mundo. Sé feliz y comparte tus ideas con
todos, sé feliz y no me olvides porque yo no podré hacerlo.
Quiero
confesarte algo: eres mi todo. Vuelve a enfrentar esta carga y vuelve a
amedrentar tu calma y, si quieres, maldice tu suerte o tu destino, pero
no, nunca dejes de pensar en mí y en ti, porque somos uno solo.
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